Escuela Villa David y Asociación Jóvenes en Desarrollo en Baní, República Dominicana: Una historia de esperanza

 

Hoy nos gustaría hablar sobre una historia de esperanza, de amor incondicional, y de futuro.  Una historia sobre la bondad del ser humano. Sobre cómo unas pocas personas pueden cambiar para siempre la vida de muchas otras, y llevar esperanza hasta los lugares más desolados.

Hace más de 20 años que tenemos la enorme suerte de colaborar con la Escuela Villa David y con la Asociación Jóvenes en Desarrollo, ubicada en Baní, República Dominicana. La historia que hay detrás de esta organización es tan profunda y  con tanta trascendencia en el desarrollo de su comunidad, que creemos necesario dar a conocer el gran trabajo que realizan a diario.

El inicio de Villa David, en Baní.

Pero empecemos por el principio. La Congregación de Hermanas Carmelitas de la Virgen María del Monte Carmelo asumen la dirección del Colegio Nuestra Sra. De Fátima, en la ciudad de Baní, desde su fundación en 1949. En Agosto de 1979 el huracán David entró en República Dominicana, dejando tras de sí un país colapsado por la destrucción.

Rafael artesano con neumáticos reciclados, tras su paso por la Escuela de formación profesional

Rafael artesano con neumáticos reciclados, tras su paso por la Escuela de formación profesional

Edificios derrumbados, inundaciones por todo el país, pérdidas de la producción agrícola y ganadera, poblaciones totalmente devastadas…Pérdidas tanto económicas como humanas incalculables.

Durante todo un año, el colegio de Fátima sirvió de refugio a más de doscientas personas, incluso familias enteras, que desgraciadamente lo habían perdido todo. Las autoridades del país no dieron respuesta a los ciudadanos ante esta situación y fue el sacerdote canadiense Juan Roberto Smith, de la Sociedad de Padres de Scarboro, quien dio solución a los damnificados.

Para ayudarles puso a su disposición parte de los terrenos que previamente había adquirido, con el propósito de crear un nuevo barrio donde las personas marginadas pudieran disfrutar de viviendas dignas y demás servicios.

Producto de la inteligencia y la generosidad de este sacerdote se creó el asilo de ancianos, el sector de las primeras veinte casitas, el campo de beisbol, la pista de baloncesto y la Escuela Villa David. Esta escuela acoge actualmente a más de 500 niños, formándolos desde los 5 años hasta el bachiller.

El barrio donde se encuentra este colegio es conocido en todo el país por el nombre de “Los Barracones”, ya que fueron estas edificaciones donde se alojaron hace años los damnificados del huracán. Estas casas fueron construidas gracias a la ayuda internacional, los voluntarios locales y la mano de obra de los afectados.

La llegada de las Hermanas Carmelitas a la comunidad.

Ante la catástrofe generada a raíz del huracán David, un grupo de las Hermanas Carmelitas se instalaron el en barrio de “Los Barracones” para, desde allí, ayudar a la comunidad a reconstruir toda aquella devastación.

Pérgola material neumáticos reciclados

Pérgola material neumáticos reciclados

Entre esas valientes Carmelitas estaba la hermana María José, una religiosa de Guardamar que había consagrado su vida para ayudar a los demás. La hermana María José, echando mano de su espíritu emprendedor y comprometido con los más necesitados, pensó que no era suficiente con dar formación a los niños de la comunidad. Teniendo esto como premisa impulsó la creación de un dispensario médico que fue consolidándose poco a poco, hasta convertirse en un referente en esta población.

Hoy en día, este consultorio ofrece asistencia gratuita en diversas especialidades médicas como medicina general, cardiología, dermatología, pediatría, ginecología, etc. Por otra parte, también puso en funcionamiento un dispensario farmacéutico donde, por muy poco dinero, todo el mundo puede acceder a medicinas.

Las Hermanas Carmelitas sabían que no se podía ayudar a una comunidad a largo plazo si no formaban debidamente a sus jóvenes para que pudiesen encontrar trabajos cualificados. Precisamente por esto, impulsaron un centro de Formación Profesional el cual ha sido reconocido a nivel internacional, tanto en toda Latinoamérica como en Estados Unidos, por la alta calidad en la formación que imparte.

La participación de Don Sento en Baní.

 

Como es normal, en Don Sento nos sentimos muy orgullosos de formar parte de este gran proyecto desde sus inicios. Tras el huracán comenzamos apoyando a esta comunidad donando materiales para la reconstrucción de la zona, contratando profesores para continuar la formación de los niños, etc.

Maceteros de neumáticos reciclados

Maceteros de neumáticos reciclados

Pasado un tiempo, la misión carmelita se encontró con un problema a la hora de la escolarización. En la zona había muchos niños sin registrar, por lo que el Gobierno no permitía su acceso a la educación reglada. Fue por esto que las Hermanas Carmelitas impulsaron una escuela paralela donde todos los niños tuvieran las mismas oportunidades, formándoles hasta que su situación se regularizase. En este proyecto tuvimos la gran suerte de colaborar contratando profesores que ayudasen en su formación hasta que pudieran acceder al colegio Villa David.

Hoy, tras más de 20 años, podemos decir orgullosos que seguimos colaborando con un proyecto que nos ha permitido conocer a personas increíbles. Que nos ha enseñado que existe la bondad y la generosidad verdadera. Que nos ha mostrado cómo unos pocos, con muy poco, pueden mejorar para siempre la vida de muchos. Y que el amor y la esperanza estará allí donde haya una sola persona como la hermana María José la cual hoy, a sus 87 años, continúa luchando infatigablemente con la misma ilusión y compromiso de siempre, para que los más vulnerables puedan tener un gran futuro.